El secretario de Obras de la Ciudad de México compareció ante la Asamblea Legislativa y aseguró que el Reglamento de Construcciones que tenemos en la capital del país es el adecuado, pues, a pesar del sismo del 19 de septiembre, los edificios construidos en apego a esa normatividad se mantuvieron de pie. Se puede construir para arriba sin ningún problema, aseguró.
Dijo también que se tienen listos 260 dictámenes de edificios catalogados como rojo, como parte del proceso para evaluar su posible demolición, así como 340 dictámenes que se entregaron a particulares para que ellos decidan el destino de su propiedad. No obstante, reconoció que el Gobierno de la Ciudad ha decidido no poner los edificios en rojo dentro de la Plataforma CDMX “para no crear más confusión de la que de pronto se podría crear y, sobre todo, bueno, para darle certidumbre a la gente, darle seguridad de que vamos a revisarlos con mucho cuidado”. Aparte de los dictámenes ya mencionados, se tienen aproximadamente 400 que faltan por dictaminar, también dentro de la categoría rojo. En total, serían alrededor de mil edificios en la categoría de los rojos.
El secretario de Obras también agregó a su perorata que “Curiosamente prácticamente ninguna de las grandes torres que tenemos en la ciudad y que son recientes sufrieron daños, eso habla de que se puede construir para arriba sin ningún problema porque siguiendo el Reglamento de Construcciones y sus normas técnicas complementarias se da la seguridad de que no va a pasar nada”. Finalmente, no aclaró las dudas acerca de los datos emanados de la Plataforma CDMX que registra casi 22 mil construcciones en algún estado de afectación, mayor o menor, a pesar de haber referido que casi mil edificios pudieran ser demolidos. Lo único que afirmó es que las cifras de la Plataforma CDMX están en constante cambio, al revisarse algunos edificios y emitir algún tipo de dictamen sobre su situación.
Afirmar que se puede construir hacia arriba cuando hay 22 mil registros en la Plataforma CDMX es, en el mejor de los casos, producto de la ceguera inexplicable del funcionario. En el peor de los casos, es una grave irresponsabilidad que raya en ignorancia o franca complicidad con la intención de encubrimiento. El necesario debate sobre alturas permisibles en la Ciudad de México debiera basarse en criterios técnicos evaluatorios tomados del Atlas de Riesgos sobre características del subsuelo en las distintas zonas del territorio capitalino, de las condiciones de los mantos freáticos, los corredores sísmicos, los corredores de ductos de Pemex, obras de drenaje y los sistema de evacuación de aguas residuales de la ciudad, para empezar. Luego entonces, se requieren normas de construcción atendiendo distintas zonas de la ciudad. No es lo mismo construir un edificio de 50 pisos para oficinas, que un edificio de seis pisos para efectos habitacionales después de constatar con el mapa de las zonas afectadas que existen corredores sísmicos en la ciudad. Cuando se tienen 22 mil casos a revisión, aún con sus grandes diferencias en cuanto a niveles de afectación, suena a frivolidad que un secretario de Obras pueda afirmar que construir hacia arriba es totalmente seguro. Él no puede asegurar eso, ni siquiera respetando las normas expuestas en el Reglamento de Construcciones. ¿Acaso esas 22 mil edificaciones no respetaron el reglamento? Y la autoridad, ¿dónde estaba?
Fuente: Excelsior
